Título: El afilador |
En este troqueao los danzadores de las esquinas llegan a chocar los palos con los compañeros más alejados. En otros momentos entrechocan los dos palos que cada danzador lleva consigo, movimiento que recuerda las pasadas que los afiladores de navajas hacían sobre la maquinilla de afilar, de donde se cree proviene el nombre de esta coreografía.
Vemos al zurrimoscas pidiendo para los danzadores mientras sus compañeros están bailando, algo muy habitual en las danzas riojanas. El cronista de la revista El Najerilla en Nieva de Cameros nos contaba cómo había trascurrido la danza del año 1925:
«Empezaré por los típicos danzadores que este año han sido los mozos Matías y Francisco Sáenz de Tejada, Pascual y Fernando López, Tiburcio Vasaldúa, Francisco Novoa, José Manzanos y Primitivo García; y Cachivirrio, Teodoro Bermejo. Este cumplió su alta misión de Zurramoscas con su consabido sermón a la Virgen de Castejón y al Apóstol Santiago pidiendo bienandanzas para todos y aquellos trabajaron tanto y tan bien que con los brindis del Cachivirrio consiguieron que, con un sol rajante, cayera un pedrisco de duros. La cosecha después del tal apedreo, según mis noticias, ha sido buena, y lo que quieran ellos ¡que así siga!.»