Título: Los pretendientes de la sota |
La creatividad poética no se para en la intimidad de los hogares. Las cuarenta cartas de la baraja dan mucho juego, en el sentido literal del término para competir con uno o varios contrincantes – individualmente o en parejas–, y también para dejar volar la imaginación con experimentos narrativos acordes a las figuras de la baraja, que se van tradicionalizando al discurrir de boca en boca. En este caso son los dieciséis triunfos los usados para componer un cuento en verso. El narrador tiene las dieciséis cartas preparadas por orden. Los oyentes, sobre todo los niños, sienten la magia del azar que va componiendo un cuento en labios de su abuela.
Al pie del pino una fuente (as de bastos) un rey sediento a beber (rey de copas)
un caballero encopado (caballo de copas) embastece a una mujer (sota de bastos).
Se enamora de otra dama (sota de espadas) y un caballero también (caballo de bastos)
caballero embastecido por favor le pidió al rey (rey de bastos).
Un arpa le regalaba (as de espadas) si le dejaba beber.
Saca el rey su copa de oro (as de copas) y a la dama se la ofrece (sota de copas)
en esto llega su padre y la dama se estremece.
–Padre, tenga usted la copa si le apetece beber.
El padre es un caballero (caballo de espadas) y va con espada en mano
y piensa que de su hija los dos se estaban burlando.
El rey se acerca hasta él (rey de oros) para pedirle la mano
y le ofrece una moneda que este llevaba en la mano.
A esto llegó un caballero (caballo de oros) mucho más joven y guapo
que mucho la perseguía y siempre la iba buscando.
éste es hijo de otro rey (rey de espadas) y lleva su hermosa espada
y un doblón de oro le dio (as de oros) a su hijo pa la dama
si se casaba con él y su palabra le daba.
Esta chica lo aceptó (sota de oros) y con el joven se casó.
Bibliografía:
Carlos González Sanz. “La sota tuna. Los naipes como procedimiento de creación literaria y representación del caos” en Temas de Antropología aragonesa, nº 9, Zaragoza, 1999, páginas 15-38.