Título: Jotas picantes |
Los riojanos en La Rioja
se crían como animales,
pero no dan por el culo
como en otras capitales.Dices que tienes que tienes,
qué chorra vas a tener,
si tienes el coño roto,
quién chorra te va a querer.En los caños de la fuente
hay un bicho venenoso,
salen las mozas preñadas,
la culpa va pa los mozos.Y un día bajé al molino
y a la molinera vi,
toda llenita de polvo
y el polvo le sacudí,
oye mi voz columbriana,
la mujer que no pare,
tampoco cría,
pero en la cama
qué pedos tira.Las iglesias son comercios
y los curas comerciantes
y al ruido de las campanas
acudemos los creyentes.
Entre las jotas que cantaban los mozos hay un subgénero de jotas picantes y obscenas, que Lobarnio prefiere llamar «de sinvergüencería», más habituales de lo que parece cuando el mocerío estaba de jarana.
Entre ellas, y en el mismo metro octosílabo, se cuelan unas coplas de colombianas, un palo del flamenco que llegó a La Rioja y se adaptó a los cantos de esta tierra.
Bibliografía:
- Alberto Vidal, Alegrías riojanas. Editorial Piedra de Rayo. Logroño. 2005.