Título: La pedigüeña |
Un día bajando a Mieres con intención de engañar
a una linda señorita que me supo contestar.
–Señorito, si usted quiere de mi hermosura gozar
todo lo que yo le pida me lo tiene usted que dar.
Lo primero es una casa que valga dos mil doblones
con venticinco ventanas, ciento cincuenta balcones.
Alrededor de la casa me ha de poner un jardín
con las flores chiquititas que así me gustan a mí
y en medio del jardín me has de poner una fuente
con cuatro cañitos de oro para que beba la gente.
Desde casa hasta la iglesia me has de poner un tablado
para cuando vaya a misa no se me ensucie el calzado.
Desde casa hasta la iglesia me has de poner una parra
para cuando vaya a misa no me dé el sol cara a cara.
Y en la puerta de la iglesia me has de poner dos leones
para cuando vaya a misa que me respeten los hombres.
–Quede con Dios, señorita, que mañana volveré
no es mucho lo que usted pide si tiene quien se lo dé–.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.