Título: Albadas de Garranzo |
La fiesta de los mozos de Garranzo se celebraba los días dos y tres de febrero, festividad de Nuestra Señora de la Candelaria –conocida popularmente como Las Candelas– y San Blas, respectivamente. El día dos había baile con música de dulzaina o clarinete y redoblante organizado y pagado por los mozos. Santos el gaitero local era quien tocaba las piezas del baile. Se celebraba en El Concejo, una lonja de propiedad municipal.
En la madrugada del día tres, muy de madrugada y con mucho frío, los mozos salían por el pueblo a «pedir la tajada». Los vecinos tenían que aportar algo, generalmente tocino o chorizo que los mozos guardaban en un pincho. Con las dádivas pinchadas en esa especie de chuzo seguían recorriendo el pueblo cantando las albadas. Los mozos cantaban una estrofa y Santos con el clarinete o la dulzaina repetía la melodía.
El día de San Blas por la tarde hacían una merienda con todo lo recolectado.
Vamos a la cama mozos,
que las estrellas van altas,
que la luz del día viene
anunciando nuestras faltas.En esta calle que entramos
echan agua y salen rosas
y por eso le llamamos
la calle de las hermosas.Asómate a la ventana,
cara de sartén roñosa,
te pareces a mi cabra
que tenía yo sarnosa.
Bibliografía:
- María Isabel Jociles Rubio, Niños, mozos y casados a través de sus fiestas en La Rioja, Gobierno de La Rioja – I.E.R, Logroño, 1992.