Título: La boda estorbada XIV |
Ya se marcha don Belarte, ya se marcha ya se va,
ya pone el pie en el estribo, la silla para montar.
–Si a los siete años no vengo, Isabel, te pues casar–.
Ni a los siete ni a los ocho, Belarte no viene ya.
Un día estando comiendo su padre la entraba a hablar:
–¿Cómo no te casas, hija, o te tratas de casar?
–¡Cómo me he de casar, padre, si Belarte vivo está!
–¡Oh!, ¿qué cartas te han escrito, qué billetes te han venido?
–¡Oh!, ni cartas me han escrito, ni billetes me han venido,
tan sólo mi corazón que entre sueños me lo ha dicho.
Tan sólo te pido, padre, sólo te pido un vestido,
no te lo pido de seda ni tampoco de oro fino,
te lo pido de sayal, de eso que lleva zurcido
para que no me conozcan los que mi pan han comido–.
De noche por las arañas (sic), de día por los caminos,
ha andado siete leguas, ha encontrado un vaquerillo.
–Vaquerillo, vaquerillo, tú me dirás la verdad.
–Sí señora, sí la digo si usted sabe preguntar.
–¿De quién son estas vaquitas todas con una señal?
–Son de Belarte, señora, que le ha venido a buscar.
–Vaquerillo, vaquerillo, tú me vendrás a enseñar.
–No señora, no señora, que las vacas se me irán.
–Si las vacas se te fuesen yo te las saldré a buscar–.
La ha cogido de la mano caminito alante van
se ha echado mano al bolsillo y una onza de oro le da
y un anillo de su dedo que otro tanto vale o más.
–De los tres grandes palacios el que relumbra el que más–.
Calle arriba, calle abajo, con la puerta vino a dar.
–¡Ave María! –¿Quién llama? –Implora la caridad.
–Más arriba, más arriba, más arriba le darán.
–¡Ave María! –¿Quién llama? –Implora la caridad.
–Más abajo, más abajo, más abajo le darán.
–Ni allá arriba ni allá abajo imploran la caridad–.
A esto sale don Belarte y un centimito le da.
–¡Oh, qué limosna tan pobre, tan solito sólo un real!
en casa del rey, sus padres onzas de oro suelen dar.
–¿De dónde es esta señora tan descortés en preguntar?
–Soy del Alta Real, señor, y no lo puedo negar.
–Si del Alta Real es usted noticias nuevas traerás
si se casa la hija (d)el rey o se trata de casar.
–Ni se casa la hija (d)el rey ni se trata de casar,
que en estos mismos momentos hablando con usté está–.
Al oír estas palabras Belarte cayó p’atrás
ni con agua ni con vino no le hacen levantar
sólo con palabras dulces que su esposita le da.
–Arriba, Belarte, arriba, no se debe desmayar
que este es aquel dulce anillo que me diste pa esposar–.
–Mis criados, mis criados, esos que os coméis el pan
cogédmela de la mano, llevádmela a pasear
por la calle de la otra y ella os preguntará–.
–¿De quién es esa señora que lleváis a pasear?
–Es de Belarte, señora, que le ha venido a buscar.
–¡Malditas son las mujeres que en busca los hombres van!
–Como era mi maridito nada buscaba de más–.
Larga versión de este romance de La boda estorbada de gran nivel poético. En La Rioja aparecen versiones antiguas en las que la rima constante en (á) se ve interrumpida por una buena tirada de versos con rima en (í-o). Para don Ramón Menéndez Pidal, el gran sabio del romancero, esta doble asonancia es muestra de la antigüedad de las versiones y característico de algunas regiones entre las que señala Tierra de Campos y Burgos. Por lo datos que disponemos en la actualidad hay que extender esa área geográfica a las provincias de Soria, Guadalajara y La Rioja.
Hemos recogido versiones muy similares a ésta en Calahorra y Villarroya, cuyo protagonista tiene por nombre Belarte. Las tonadillas son casi idénticas; es muy probable que siglos atrás esta versión fuera la dominante en todo el valle del Cidacos.
Bibliografía:
- Ramón Menéndez Pidal, Estudios sobre el Romancero. Obras completas de R. Menéndez Pidal, Espasa Calpe S.A., Madrid, 1973, página 278.
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.