Jesucristo se ha perdido,      la Virgen lo va a buscar
de huerto en huerto      y de rosal en rosal.
Debajo de un rosal blanco      un hortelanito está.
–Hortelanito, por Dios,      dime la pura verdad.
¿A Jesús, el Nazareno,      por aquí lo has visto pasar?
–Sí Señora, que lo he visto      antes del gallo cantar,
una cruz lleva en los hombros      que le hace arrodillar,
una corona de espinas      que le hace traspasar,
una soga a la garganta      que de ella tirando van,
entre judíos y judíos      bien acompañado va–.
Caminemos, Virgen pura,      para el monte del Calvario
por pronto que lleguemos      ya le habrán crucificado.
Ya le clavan los pies      ya le clavan las manos
ya le tiran la lanza      en su divino costado.
La sangre que derramaba      está en el cáliz sagrado
el hombre que la bebiera      será bienaventurado
será feliz mientras viva      de toda infestación guardado.
El que la sepa y no la diga      el que la oiga y no la aprenda
el día del Juicio verá      lo que pasa en él, amén.

María Escalona fue una mujer muy piadosa que a sus noventa y dos años bajaba andando muchos días al santuario de la Virgen del Carmen de Calahorra. Devota de la madre de Dios, como muchas mujeres calahorranas, le daba gracias por su buena salud. En sus oraciones recreaba estos dos viejos romances. Y en sus explicaciones nos das muestras de la expresividad del habla local.

Publicado en:

• Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.
• Javier Asensio García, «La tradición oral calahorrana (III) Canciones, oraciones, dictados y fórmulas» en Kalakorikos, Revista de Amigos de la Historia de Calahorra, nº 11, 2006.