Ya está la ronda en la calle
con mucha formalidad,
nadie se meta con ella
que ella no se meterá

Diustes fue un pueblo muy musical. Tuvo rondalla y gaita. Hubos muchos intérpretes de este instrumento, tantos que Diustes llegó a ser conocido como el pueblo de los gaiteros. Fortunato Torralba tocaba la gaita, la flauta, la bandurria, la guitarra y el tambor o redoblante. Y, como podemos comprobar en el audio, tenía buen oído y entonaba muy bien. De esta jota destacamos la gran expresividad que demostraba Fortunato a la hora de cantar, un canto directo y aguerrido que a buen seguro llegaba a emocionar a las chicas cuando los mozos salían de ronda.

Sobre los gaiteros que tuvo Diustes el escritor calahorrano José María Solano nos da una breve relación:

«… Jorge Peña, estaba casado con Remigia Sáenz; después el tío Galo Martínez, que vivía aún en 1969 en Logroño con una hija; Jorge tocaba el tambor e iba con el tío Galo y con otro de Santa Cecilia a tocar por los pueblos, después le continuó su hijo Pablito Martínez, casa con Basilisa, o sea, que también era gaitero y que ha amenizado la fiesta en Diustes, y al final le decían, échanos La Basilisa, que era una música que sacó a su mujer; Pablito tuvo dos hijos (77) Pablito y Doro (Teodoro) Martínez, más una borda llamada Lourdes… a este pueblo le gustaba la música, hasta tal punto que al tío Paco lo llevaron al cementerio con música…»

(José María Solano Antoñanzas, El Valle del Cidacos (Cuenca del Ebro), edición del autor, Calahorra, 1997, página 123)

Aún tenemos anotados otros gaiteros de Diustes: Fortunato, nuestro informante; Claudio Lasota y Pablo Peña. Los gaiteros más profesionales de Diustes recorrían los pueblos de la comarca y subían el Arroyo del Valle o el Barranco de Cojalambre para ir a tocar a las fiestas de los pueblos de los Cameros donde era habitual su presencia.

Pablo Peña tenía apalabrado para el día 26 de julio de 1936 acudir a Aldeanueva de Cameros a tocar en la fiesta de Santa Ana. El hombre marchó andando desde Diustes y al llegar a su destino se encontró que, por el desorden bélico que se había formado en la nación, las fiestas se habían suspendido. Cobró lo mínimo y se volvió a su pueblo sin tocar.

Fotografía: Cortesía de Carlos Muntión Hernáez

Bibliografía:

• David Álvarez Cárcamo, Susana Arroyo San Teófilo, Enrique Borobio Crespo, Julia Escribano Blanco, Cancionero Soriano. Tomo 2. Rondas, Diputación Provincial de Soria, 2021.