La zorra invita a la cigüeña el día de su cumpleaños y le pone la merienda en un plato ancho. La cigüeña, con su pico largo, no puede comer. El ave se la tenía guardada y el día de su onomástica invitó a la zorra a subir a un haya. Cuando estaban en la copa, la cigüeña dejó caer a la zorra y según iba cayendo decía:

Si de ésta salgo y no me muero
no quiero más bodas en el cielo.

Los abuelos del informante tenían un trasfuego o chapa de la cocina de hogar bajo con la escena de este cuento tradicional.

Bibliografía:

• Javier Asensio García, Cuentos riojanos de tradición oral, Piedra de Rayo, Logroño, 2004.
• Julio Camarena Laucirica y Maxime Chevalier, Catálogo tipológico del cuento folklórico español. Cuentos de animales, Gredos, Madrid, 1997