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Título: Las trece casas de Valdeosera
Clasificación: Testimonios etnográficos
Localidad: Valdeosera de Cameros
Informantes: Carmen Martínez Íñiguez (25-10-1922) y su hijo José Luis Moreno Martínez (13-7-1946)
Recopilador: Javier Asensio García
Lugar y fecha de recogida: San Román de Cameros, 26 de diciembre de 2002

 

Valdeosera, era, era,
pueblo de trece vecinos,
el cura guarda las vacas,
el sacristán los cochinos.

Hay un número constante en la vida de Valdeosera, el número trece, que regía desde antiguo la vida diaria de sus habitantes. Trece son las casas de la aldea, no podía haber más. Si alguien quería labrarse un porvenir al margen de sus padres y de los demás vecinos tenía que marchar a otro lugar. Si trece eran las casas había también el mismo número de huertos, corrales, pajares y eras.

Esta división del espacio geográfico se complementaba con una gran cohesión social: en el verano cada vecino mataba una oveja o una cabra y la repartía con el resto de habitantes. Esto lo hacían a turnos cada dos o tres días, así tenían carne fresca todos los días. A turnos iba también la cabrada de la villa. Un cabrero de cada familia tenía que salir a llevar a los animales a pastar durante todo el día, casi de sol a sol. A los que tenían más cabras les correspondían más días de pastoreo, a razón de un día por cada diez cabezas de ganado.

También regían los turnos para cuidar al verraco que cubría a las cerdas ya que en cada casa había dos o tres cochinos para consumo doméstico. Venían de otros pueblos con las cochinas para que las cubrieran.

Cada vecino tenía solamente un macho o una mula pero cuando llegaban las labores de arada se hacían con otro animal de tiro, se los prestaban unos a otros en régimen llamado de aparcería.

Cuando llegaba la hora de la siega del cereal se realizaba también comunitariamente. Se empezaba por los terrenos más bajos donde el cereal había madurado antes. Iban los trece vecinos, independientemente de si en ese terreno un vecino tenía muchas, pocas o ninguna finca por segar. Día tras día iban subiendo de altitud para terminar con la siega de todas las fincas particulares.

De dónde venían estas viejas costumbres y el trecenazgo que marcaba la vida del pueblo ha dado pie a muchas fabulaciones entre las que destaca la de los trece hijos de Sancho Tejada, el héroe de la fabulosa batalla de Clavijo. Afortunadamente los trabajos de serios historiadores como Ernesto Reinares han sabido deslindar el mito y el fraude de la historia. Toda apunta que las tradiciones de Valdeosera son muy antiguas pero están más relacionadas con la “tradición social e institucional de la monarquía hispano-goda, cuyas raíces se hunden en el mundo tardo-romano.” Valdeosera fue lugar de behetría cuya población estaba vinculada entre sí por fuertes lazos de parentesco y debió librarse durante los primeros siglos de la Edad Media de la sujeción al régimen señorial.

(Ernesto Reinares Martínez, «Municipio y Rentas feudales en el Alto Valle del Leza» en El Camero Viejo, Tomo I, Amigos de San Román, 1998, página 184.)

Breve semblanza del sacerdote José Luis Moreno Martínez

Uno de los hombres más insignes que ha dado recientemente el Camero Viejo ha sido José Luis Moreno Martínez, sacerdote nacido en San Román de Cameros en el año 1946 y que falleció en el 2009 a los sesenta y tres años de edad. Una edad muy temprana para un hombre de gran intelecto, a la par que humilde, y que, a buen seguro, de haber vivido más, hubiera seguido produciendo obras de gran valor.

El que fuera vicario general de la diócesis riojana nos dejó una extensa bibliografía, sobre todo obras de teología, materia en la que destacó por sus profundos saberes: sobre la vida y el pensamiento de San Juan de Ávila; de Aurelio Prudencio; de Santo Domingo de Silos, santo riojano muy vinculado a las leyendas y tradiciones del Camero Viejo.

Pero José Luis también nos dejó algunos artículos y libros sobre historia y tradiciones del Camero Viejo, bien en obras individuales o conjuntas. El amor por su tierra fue una herencia natural de sus padres, Gerardo Moreno y Carmen Martínez, cameranos viejos ambos. Gerardo fue durante muchos años molinero, propietario del molino del Corregidor de San Román, heredado de su padre, el tío Poli, abuelo de José Luis. La fuerza del agua del río Leza movía las grandes ruedas de piedra que molían el cereal de la comarca. El molino no ha desaparecido, ha sido ecomuseo y alberga una magnífica casa rural.

La madre de José Luis, Carmen Martínez, nació en Valdeosera de Cameros. Pertenecía a una de las trece familias que por tradición vivían en el pueblo. Los recuerdos que tenía de su aldea, hoy prácticamente despoblada, se los sirvió en bandeja a sus hijos, Araceli y José Luis, quienes publicaron un libro imprescindible sobre la vida de Valdeosera y, por extensión, de toda la comarca.

Entre la prolija actividad de José Luis tenemos que mencionar un libro de poesías dedicado a su comarca. Hoy el Camero Viejo apenas pasa de setecientos habitantes para sus veintidós localidades, contando varias aldeas despobladas. Todo camerano viejo es consciente de su historia, ligada a los pequeños monasterios de la Edad Media, a la granjería trashumante, al pastoreo estante, a los pioneros de la industria y el comercio en muchos lugares de España, a la emigración americana y al gran nivel de alfabetización que de dos siglos a esta parte ha tenido la comarca gracias a las escuelas de patronato que fundaron los benefactores emigrados a otros lugares. De la pluma de José Luis nació un libro de poesía sobre su tierra, poemario de estilo sencillo, tan sencillo como los habitantes de sus pueblos. Sus palabras brotan con la naturalidad de las fuentes del Restauro, en el río Leza, y llenan de sentido el paisaje camerano y de vida tantos lugares con sus casas de piedra hoy abandonadas.

¡Pueblos del Camero Viejo,
pueblos del valle del Leza:
cantemos sus tradiciones,
vida y gloria de la Sierra!

Treguajantes y Terroba,
Soto, Trevijano, Luezas,
Montalbo, Santamaría,
San Román y Valdeosera,
Velilla, Jalón y Torre,
Vadillos, La Avellaneda,
Hornillos y Torremuña,
con Larriba en la cumbrera,
Cabezón, Muro y Laguna,
Ajamil y Rabanera,
ventidós pueblos unidos
por reciedumbre y nobleza.

Los cantares su descanso,
las danzas su alegre fiesta,
y el embrujo de su historia
sus viejas sabias leyendas.

Aquí nacieron berones
y se instalaron los celtas,
romanos, godos y árabes
todos dejaron su huella.
Fue del reino de Navarra
y del reino de Viguera,
para pasar a Castilla
y al fin se Rioja buena.

Dos solares se asentaron:
Tejada con Valdeosera,
mas honradez y trabajo
son su blasón y bandera.

¡Pueblos del Camero Viejo,
pueblos del valle del Leza:
cantemos sus tradiciones,
vida y gloria de la Sierra!

Monterreal, Cerro Castillo
vigilan y Sancho Leza,
la Atalaya y Nido Cuervo
con el Alto y Cerrollera.
Pastores y trashumantes
de vacas, cabras y ovejas;
paños, jamón, miel y queso
los productos de esta tierra;
pero sus mejores frutos
la cultura y las escuelas
que fundaron emigrantes
en el pueblo en que nacieran.

Los cantares su descanso,
las danzas su alegre fiesta,
y el embrujo de su historia
sus viejas sabias leyendas.

Cada cual a sus patronos
con enramadas festejan
y en animadas subastas
sus devociones celebran,
desde antiguo las ermitas
en romerías veneran,
puntos comunes de encuentro
y de hermandad de la Sierra;
San Juan de Agriones, Cortijo,
San Félix del Monte, Serrias,
San Simeones, la Cruz,
Santo Domingo y Royuela.

¡Pueblos del Camero Viejo,
pueblos del valle del Leza:
cantemos sus tradiciones,
vida y gloria de la Sierra!

Estos versos se han convertido en el himno del Camero Viejo. A ello ha contribuido que otro hombre camerano, el gran cantautor Michel García, pusiera música al poema de José Luis y lo dejara plasmado en un CD precisamente titulado Pueblos del Camero Viejo, disco que es un homenaje poético y musical a los veintidós lugares de la comarca.

Bibliografía:

  • José Luis Moreno Martínez y Araceli Moreno Martínez, El pueblo de las trece casas. Recuerdos de Valdeosera, Piedra de Rayo, 2011.
  • José Luis Moreno Martínez, Poesía de Cameros, edición de El Monte Carmelo, Burgos, 2002.

Discografía:

  • Michel García, CD Pueblos del Camero Viejo, Asociación Amigos de San Román de Cameros, 2001.