Vamos a la cama, mozos,
que las estrellas van altas,
que la luz del día viene
descubriendo nuestras faltas.

En la puerta de esta casa
todo el mundo cante bien,
que en la entrada hay una rosa
y en la salida un clavel.

Es interesante comprobar cómo estas aldeas hoy abandonadas conservaron hasta los años sesenta del siglo pasado la costumbre de cantar las albadas algunos días de fiesta, concretamente en Valdemoro el último día de las fiestas patronales, lo hacían como homenaje a las chicas casaderas y novias de los mozos. Estos salían de ronda con el gaitero y lo hacían con una tonadilla particular y antigua, anterior a la llegada de las jotas de ronda. Los mozos cantaban al unísono y después de lanzar el cantar, el gaitero repetía las mismas frases melódicas.

En esto Valdemoro encuentra su parangón más al norte, en las pequeñas aldeas cercanas a Enciso y en el Camero Viejo, donde también se cantaban las albadas como canto festivo, colectivo y de carácter amatorio. En la provincia de Soria se conoce en general con el nombre de albadas los cantos de bodas, generalmente de despedida de la novia en su última salida de casa como soltera. Sobre este particular hemos de recomendar un reciente, completísimo y muy valioso trabajo recopilatorio publicado por la Diputación de Soria.

Bibliografía:

• David Álvarez Cárcamo, Susana Arroyo San Teófilo, Enrique Borobio Crespo, Julia Escribano Blanco, Cancionero Soriano. Tomo 2. Rondas, Diputación Provincial de Soria, 2021.