Título: La dama de los ojos negros |
Yo tenía una pava con su par de huevos. Con aquella pava y su par de huevos compré una oveja con su corderuelo.
Con aquella oveja con su corderuelo, con aquella pava con su par de huevos, yo compré una cabra con su chivichuelo.
Con aquella cabra con su chivichuelo, con aquella oveja con su corderuelo, con aquella pava con su par de huevos, compré una burra con su burro negro.
Con aquella burra con su burro negro, con aquella cabra con su chivichuelo, con aquella oveja con su corderuelo, con aquella pava con su par de huevos, compré una yegua con su potrancuelo.
Con aquella yegua con su potrancuelo, con aquella burra con su burro negro, con aquella cabra con su chivichuelo, con aquella oveja con su corderuelo, con aquella pava con su par de huevos, compré una vaca con su terneruelo.
Con aquella vaca con su terneruelo, con aquella yegua con su potrancuelo, con aquella burra con su burro negro, con aquella cabra con su chivichuelo, con aquella oveja con su corderuelo, con aquella pava con su par de huevos, compré un molino con su molinero.
Con aquel molino con su molinero, con aquella vaca con su terneruelo, con aquella yegua con su potrancuelo, con aquella burra con su burro negro, con aquella cabra con su chivichuelo, con aquella oveja con su corderuelo, con aquella pava con su par de huevos, compré una dama de los ojos negros.
Ni quiero al molino con su molinero, ni a la vaca con su terneruelo, ni a la yegua con su potrancuelo, ni a la burra con su burro negro, ni a la cabra con su chivichuelo, ni a la oveja con su corderuelo, ni a la pava con su par de huevos, que quiero a la dama de los ojos negros.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Los 99 mejores cuentos de la tradición riojana, Piedra de Rayo, Logroño, 2012.