Título: El cristo hecho de un ciruelo silvestre |
Iban a hacer un santo y va y dicen:
–¡A ver!, ¿de qué lo vamos a hacer?
Se lo preguntaron a la gente que andaban la madera, ¿verdad?, albañiles, carpinteros y todos esos que andaban la madera y dicen:
–Pues la madera más bonita es de cerezo.
Y otro dice:
–Pues es de ciruelo.
Y entre el ciruelo y el cerezo empezaron a discutir:
–Que el cerezo se mueve.
–Pues de ciruelo.
–Bueno, pues de ciruelo.
–Pues vamos al huerto de fulano que ese tiene un ciruelo de lo mejor que se ha visto por aquí para hacer el santo.
–Pues amos a cortale. Le decimos, a mí me da permiso.
Y no sé si le darían algo o no pero le cortaron y hicieron el santo. Con que viene la inauguración del santo. Vino el obispo, vino el alcalde, el cura mayor, el cura del pueblo, el secretario, en fin, toa la jerarquía del pueblo. Y cada cual habló lo que sabía. Y salta el sacristán y dice:
–Que hable el amo del ciruelo, que hable el amo del ciruelo.
Pues bien, al amo del ciruelo todos le empujaban a que sí, sale a hablar y dice:–Ciruelito, ciruelito
que en mi huerto te criaste
fruta nunca te cogí
los milagros que tu hagas
que me los cuelguen aquí.Apuntándose así a la entrepierna, ¿sabe? Y le salta el alcalde:
–Eso no se debe decir en la iglesia, eso y esto, que lo metan preso, que tal y cual.
–Pero ¡hombre!, él ha dicho eso porque le parece eso, no ha cogido nunca fruta ¡qué va a decir!, ¿que sea buen árbol?
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Cuentos riojanos de tradición oral, Piedra de Rayo, Logroño, 2004.