Niñas espinochadoras
que soléis espinochar,
cuidado que la pinocha
suele hacer mucho mal.
Una niña espinochando,
¿sabéis lo que le pasó?
Se le metió la pinocha
por el do, re, mi, fa, sol.

Una de las labores afables que se hacía en los trasnochos invernales de Rincón de Soto era la de despinochar o quitar las hojas a las mazorcas o «pinochas» del maíz cosechado. Trasnochos de amplia presencia femenina en la que no faltaban canciones como ésta con una evidente doblez sexual. Como venimos diciendo en varios artículos, las mujeres también han tenido su cancionero erótico, en el que la sutileza y el lenguaje simbólico han sido preferidos frente a la copla obscena y a veces soez que muchos hombres no han tenido miramientos en cantar en ocasiones propicias.