Título: Confesión de vieja II |
El cura de Inestrillas se llamaba don Liberato, y va a confesarse una:
–Ave María Purísima.
–Sin pecado concebida.
–¿De qué te acusas, hija mía?
–Que me pica, padre, que me pica.
–Hija mía, ¿qué edad tienes?
–Sesenta y cinco años.
–Pues ráscate que será sarna.
Otro chiste más de este informante excepcional que fue El Recio de Cervera, conocedor de un sinfín de chascarrillos, algunos tan irreverentes como éste. En Cervera Valentín estaba considerado como uno de los hombres «fuertes» del pueblo.
Publicado en:
- Javier Asensio García, Cuentos riojanos de tradición oral, Piedra de Rayo, Logroño, 2004.