San Pedro, como era calvo,
los mosquitos le picaban
y su madre le compraba
alpargatas pa la fiesta
y el quería zapatillas
para andar en bicicleta,
y oye mi voz columbiana.

La colombiana, un palo tardío del flamenco, llegó a La Rioja y se adaptó a todo tipo de coplas octosílabas, incluidas estas tontunas que hablan de la calvicie de San Pedro. En nuestra tierra la columbiana tuvo más predicamento del que cabía sospechar pues aunque hasta ahora no ha aparecido en los cancioneros de la región nosotros hemos recogido ya varias muestras. La colombiana, un canto franco y abierto, no tuvo ningún problema de adaptación en una tierra, la nuestra, donde los hombres con ciertas facultades se explayaban con la jota de estilo, un estilo de canto similar.