Título: El segador interpreta mal el canto de la codorniz |
Los hombres del campo conocen el canto de la codorniz y le han puesto una letrilla, «cáscale, cáscale, cáscale». Es el canto del macho que en primavera corteja a las hembras. Se han fabricado reclamos imitando este sonido, al que acuden las codornices desprevenidas a ponerse a tiro del cazador. Los viejos cazadores, muchas veces sin recursos para comprarse un reclamo, imitaban el canto del macho golpeándose un carrillo de la cara hinchado de aire. Poco debía saber de esto el protagonista del cuento que, temeroso de que alguien fuera a cascarle, le segó la cabeza a la pobre codorniz.
Bibliografía:
- Antonio Pestana Salido, Las aves ibéricas en la cultura popular, Tundra, Valencia, 2009.
- Javier Asensio García, Los 99 mejores cuentos de la tradición riojana, Piedra de Rayo, Logroño, 2012.