Título: Al ángel de la guarda II |
Ángel de mi guarda, tú que guardas y deseas,
que le digas a mi Dios cuando contento lo veas
que un alma pecadora a pediros perdón viene,
no le digas que es la mía porque le he ofendido mil veces,
procura que esté delante la Virgen que mucho puede,
que como es madre de Dios, lo que le pide concede
El alma se presenta ante Dios omnipotente con miedo a ser castigada. Pero en el cielo tiene dos grandes valedores o mediadores: el ángel de la guarda y la Virgen María, siempre rodeada de ángeles. La oración refleja estas viejas creencias asentadas en el cristianismo.