Riojarchivo

 

Título: La culebra Panchita de Muro de Aguas
Clasificación: Leyendas
Localidad: Muro de Aguas
Informante: Luisa Cabello Rodríguez (18-2-1910)
Recopilador: Javier Asensio García
Lugar y fecha de recogida: Logroño, 11 de septiembre de 2007

 
Una leyenda riojana más sobre culebras o lagartos criados por pastores a base de leche que con el paso del tiempo crecen hasta convertirse en animales mostruosos. Son las legendarias Panchitas, Monchitas o Franchitos. Se trata de una leyenda extendida por España y Europa.

En este caso la historia de la culebra Panchita de Muro nos ofrece un añadido. El pastor se salvó matando a la culebra con una caña, lo que dio origen a un dicho no muy conocido: «La caña no daña pero quita la legaña».

Sobre la antigüedad de la leyenda traemos aquí los versos del Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita, que nos cuenta la misma leyenda a modo de ejemplo moral:

1348

Era un ortolano bien simpre e sin mal;
en el mes de enero con fuerte temporal
andando por su huerta vido so un peral
una culebra chica medio muerta atal.

1349

Con la nieve et con el viento e con la elada fría
estava la culebra medio amodorrida:
el omen piadoso, que la vido aterida,
doliose mucho d’ella, quísole dar la vida.

1350

Tomola en la falda e levola a su casa,
púsola çerca el fuego, çerca de buena blasa,
avivó la culebra: ante que la él asa,
entró en un forado d’esa cosina rasa.

1351

Aqueste ome bueno dávale cada día
del pan et de la leche e de quanto él comía:
creçió con el grand viçio, e con el grand bien que tenía.
Tanto, que sierpe grand’ a todos paresçía.

1352

Venido es el estío, la siesta afincada
que ya non avía miedo de viento nin de elada,
salió de aquel forado sañuda et ayrada,
començó de emponçoñar con venino la posada.

1353

Díxole el ortolano: ‘Vete de aqueste lugar;
non fagas aquí dapño.’ Ella fuese ensañar,
abraçole tan fuerte, que lo quería afogar,
apretándolo mucho cruelmente sin vagar.

1354

Alégrase el malo en dar por miel venino,
et por fruto dar pena al amigo e al vesino,
por piedat engaño, donde bien le avino,
ansí derechamente a mí de ti me vino.