Título: La bendición de la cama |
Bendígote, cama,
de fuego y de llama,
de bruja y de ladrón,
con mala tentación.
Como me echo en esta cama
me echaré en la sepultura
a morir con la Virgen pura.
Antes de entrar el cuerpo en la cama y comenzar a rezar las plegarias más comunes de las cuatro esquinitas, la candela nocturna, el vete enemigo, etcétera, Cándida bendecía la cama, «Bendígote, cama…», para que durante la noche no fuera pasto de las llamas, en la habitación no entrase ninguna bruja ni ladrón, y su mente no se enturbiase con ninguna mala tentación. Es una de las escasísimas oraciones tradicionales que hemos podido recoger en las que se menciona explícitamente a las brujas.