Título: Imitando al ruiseñor bastardo |
Niños y hombres del campo, hombres más que mujeres, han estado muy en contacto con los animales y las plantas silvestres, algo que en la sociedad actual se está perdiendo del todo. Han jugado con los animales, han comido plantas conociendo casi por instinto o saber atávico cuáles eran buenas y cuáles no y han hablado con los pájaros imitando sus cantos. Las hermanas Maestre Mateo recuerdan a su padre, Angelillo, cómo les enseñó a distinguir el canto del ruiseñor bastardo y a imitar lo que decía.
El ruiseñor bastardo es un pájaro de vegetación de ribera, se le oye cerca de los ríos y acequias, muy parecido físicamente al ruiseñor común, con un canto menos variado y bello que éste último pero no por ello menos potente y atractivo. La mimología (interpretación onomatopéyica de su canto) era la siguiente:
–¿Estáis ahí?
–¡Eh!
–Chifle, chifle, chifle, chifle, tazo.
Quien retenga la frase que entona Lucía y vaya cerca de un río, riachuelo o acequia con vegetación desde la primavera al otoño es fácil que reconozca el canto del ruiseñor bastardo, Cettia cetti.
Bibliografía:
- Antonio J. Pestana Salido,Las aves ibéricas en la cultura popular, Ed. Tundra, Valencia, 2009.