Título: Casada de lejas tierras IV |
Una casadita de lejanas tierras
con la escoba barre, con los ojos riega,
con la boca dice quién fuera soltera.
Una mañanita en el mes de abril
esa hermosa chica empezó a sufrir.
–Maridito mío, si tú me quisieras
a la tuya madre a llamarla fueras–.
–Levantate, madre, del dulce dormir,
la blanca paloma ya quiere parir.
–Si pare que para, que para un varón,
que le brote sangre por el corazón–.
–Levantate, esposa, del dulce dormir
que la mía madre no quiere venir.
–Si la tuya madre no quiere venir,
maridito mío, me voy a morir.
Maridito mío, si tú me quisieras
a la tuya hermana a llamarla fueras–.
–Levantate, hermana, del dulce dormir,
la blanca paloma ya quiere parir.
–Si pare que para, que para una niña
que le brote sangre por una costilla–.
–Levantate, esposa, del dulce dormir
que la mía hermana no quiere venir.
–Si la tuya hermana no quiere venir,
maridito mío, me voy a morir.
Maridito mío, si tú me quisieras
a la mía madre a llamarla fueras,
aunque está muy lejos quiero yo que venga–.
–Levantate, suegra, del dulce dormir,
la blanca paloma ya quiere parir.
–Mientras tú preparas la mula tordilla,
yo voy a escoger la mejor gallina–.
Emprenden el viaje para la ciudad,
en medio el camino oyeron llorar.
–Dime, pastorcito, dime la verdad,
¿a qué tocan tanto en este lugar?
–Una casadita, a falta de asistencia
por mala cuñada y peor la suegra–.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.