Riojarchivo

 

Título: Cantos de Pascua en Morales
Clasificación: Cancionero
Localidad: Morales
Informantes: Mujeres del pueblo
Recopilador: Javier Asensio García
Lugar y fecha de grabación: Morales, 7 de abril de 1996

 
El domingo de Pascua de Resurrección los vecinos de Morales, pequeño pueblo cercano a Santo Domingo de la Calzada, sacan en procesión las imágenes de la Virgen y el Niño. Nada tiene esto de extraordinario, de hecho en muchos otros lugares de la geografía hispana se celebran procesiones similares, si no fuera porque durante todo el recorrido las mujeres van cantando y con sus versos escenifican el sentido y el discurrir de la procesión. Su canto no es un canto religioso de carácter litúrgico, más bien se trata de una tonada muy popular, con una letra que lleva el marchamo inconfundible de la tradicionalidad y un lirismo religioso que trasmite la alegría de los creyentes por la resurrección de Jesucristo. Este canto recibe el nombre de Albricias (las buenas nuevas por la Resurrección de Cristo) y lo cantan a semejanza e imitación de los cantos de albricias de Garganchón (La Riojilla) y de Manzanares de Rioja.

Antes del comienzo de la procesión un grupo de mujeres se dirige a la iglesia y llaman a su puerta, entonando los siguientes versos:

Estas puertas son de pino
las cerraduras de plata
dadnos permiso, señora,
para entrar en vuestra casa.

Dentro del templo otro grupo de mujeres, si hay número suficiente para ello, responde sin perder el tono:

Entrad, compañeras mías,
que licencia ya tenemos
que nos la ha dado María
que es la reina de los cielos.

Seguidamente sale la procesión, en medio del repiqueteo incesante de las campanas. Sacan la imagen de la Virgen vestida de luto y la llevan a dar una vuelta alrededor del pueblo. Mientras, los críos del pueblo aguardan con la imagen del Niño en otra parte. Las mujeres no dejan de cantar durante todo el recorrido:

Esta noche ha florecido
el trébol en las alturas
y así florezca la gracia
entre los señores curas.

Levantad a esa paloma
de esa mesa celestial
levantad a esa paloma
que en busca de su hijo va.

¡Oh, qué doncella es la Virgen!
¿a dónde la llevaremos?
a la calle de amargura
donde a su hijo encontraremos.

Por allá viene Jesús
por otro lado su madre
que no se han vuelto a ver
desde el viernes por la tarde

Por allá viene Jesús
por el puente Galilea
todo vestido de blanco
del color de la azucena.

¡Oh, con qué amor y cariño!
¡Oh, con qué amor y ternura!
la madre saluda al hijo
y el hijo a su madre pura.

Hasta ahora, tal como describe la letra, todo va ocurriendo durante la procesión, hasta llegar a la plaza, lugar donde se encuentran la Madre y el Niño. En ese momento los hombres que portan a la Virgen se agachan tres veces o, como dicen, “dan las venias” al Niño. Una de las mujeres se encarga de quitarle el manto negro, dejándola con un radiante ropaje blanco:

Quítale ese manto negro
y ponle el de alegría
que ya ha encontrado la Virgen
su hijo que tanto quería.

Quítale ese luto a María
que ese luto es muy pesado
quítale luto a María
que su hijo ha resucitado.

¡Oh, quién fuera algún joyero
y señor de rica hacienda!
para ofrecer a la Virgen
una corona de perlas.

¡Oh, qué mañana de Pascua!
¡Oh, qué mañana de flores!
¡Oh, qué mañana de Pascua
ha amanecido, señores!

¡Oh, qué mañana de Pascua!
Pascua de Resurrección
hasta las aves del cielo
dan las gracias al Señor.