Cuando le preguntan a una madre por el nombre de sus cinco hijos no se los había aprendido todavía. A la pregunta responde de un modo genérico:

La mayor se llama María Marta,
la segunda María Andrea,
después tengo otra que se llama
la de las sayas pardillas,
nosotros cuatro,
el motiloncillo
y el otro muchacho.

Este chascarrillo sobre una mujer de pocas luces parece antiguo y quizás sea el resumen de un cuento más extenso.