Título: La hermana cautiva V |
Mañanita, mañanita, mañana de don Simón
cautivaron a una mora que era más bella que el sol.
La mandaron a lavar pañuelitos a la ría
por ver si se le quitaban los colores que tenía.
Contra más la soleaba mas colores le salían.
Por allí pasó un soldado que de la guerra venía.
–Retírate, mora santa, retírate a morería
que va a beber mi caballo agua fresca y cristalina.
–No soy mora, caballero, que soy cristiana pulida
me cautivaron los moros día de Pascua florida.
–¿Quieres venirte conmigo acá en mi caballería?
–¿Y la ropa que yo lavo dónde la colocaría?
–La fina y buena de holanda acá en mi caballería
y la más estropeada el agua la arrastraría–.
Y al subir aquellos montes la mora suspira y llora.
–¿Por qué lloras, mora santa, por qué lloras, morería?
–Por aquí por estos montes mi padre a cazar venía
y mi hermano Marcelino que iba en su compañía.
–¿Cómo se llaman tus padres? –Mi padre se llama usía
Ana se llama mi madre y los dos son de Castilla
y un hermanito que tengo se llama José María–.
–Madre, abra usted las puertas, balcones y galerías
que aquí le traigo a su hija que todos los días suspira.
Madre, abra usted las puertas, balcones y galerías
que en vez de traer a una mora he traído a una hermana mía–.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.