Título: Polonia redime al novio II |
Allá ribita, ribita, allá en la tierra del moro
está sirviendo una niña para mandarle a su novio,
su madre le dice un día: –Hijita, ¿qué vas a hacer?
–Madre, con mi dinerito nada tiene usted que ver,
tres mil reales tengo ahorrados y cuatro mil en fianza
para que venga mi novio para la Semana Santa.
Las hermanitas del novio le invitaron a una cena
para cenar le pusieron arroz con muchas almejas,
estando la mesa puesta el cartero que pasó:
–Carta pa Polonia traigo carta de amor traigo yo–.
Polonia coge la carta y se pone a leerla
y los primeros renglones para la Polonia eran:
–Polonia, si tienes no vio no lo abandones por mí
que estoy queriendo a una mora y la quiero más que a ti,
que tiene los ojos negros y tú los tienes azules,
que tiene los ojos negros, Polonia ya no te quiero,
tu madre tiene la culpa por dejar la puerta abierta
y yo por meterme dentro y tú por estarte quieta,
ahí tienes la papeleta del tiempo que te he querido,
si te he tocado las tetas haberlo no consentido–.
Polonia ha caído mala, mira si mala cayó,
mira si ha caído mala que le dieron el Señor.
El padre cura le ha dicho, el padre cura le habló:
–Si no olvidas a ese hombre no tienes perdón de Dios.
–Si me muero que me muera por Dios y por San Antonio,
si me muero que me muera, lo que yo quiero es mi novio–.
En la tumba de Polonia ha nacido una amapola
con un letrero que dice: He muerto por una mora.
En la tumba de Polonia ha nacido un clavel
con un letrero que dice: He muerto por un querer.