Título: Soldados forzadores II |
A las dos de la mañana dos damas iban a misa,
dijo un sargento a un alférez: –¿Cuál te parece más linda,
la de lo verde morado o la de la grana fina?
–La de lo verde morado me roba el alma y la vida–.
Bajaron a un campo grande más abajo de la villa,
tendió el capitán su capa y el alférez su ropita.
–Hija mía de mi alma no pierdas tu honra y la mía.
–Madre, no la perderé aunque me cueste la vida–.
El miedo de las mujeres a ser violadas ha sido una constante en la historia de la humanidad. En los días actuales las penas a los violadores son muy elevadas con el fin de intimidar a los que tienen esa pulsión tan cruel; hay una gran presión social para evitar este tipo de agresiones y castigarlas. Antiguamente ocurría lo mismo. Las mujeres cantaban algunos romances que narraban la pérdida violenta de «la honra» y lo hacían a modo de queja o denuncia. Utilizaban los versos de un bello romance en la forma y en el canto aunque de contenido brutal.
Se trata de un romance de difícil hallazgo en la tradición oral moderna.
Publicado en:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.
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