Título: Rezando a los cuatro vientos |
La romería de los hombres de San Millán de La Cogolla hasta la ermita del santo, el segundo sábado de junio, sigue unos rituales que se vienen repitiendo secularmente. En el descenso, la comitiva llega a La Vuelta de los Padrenuestros, un recodo en el camino desde el que se divisa un amplio panorama. Desde tiempo inmemorial se rezan cuatro padrenuestros: El primero a San Millán, volviendo la vista al camino por el que acaban de descender; el segundo a San Felices, todas las miradas se dirigen hacia el norte, a los riscos de Bilibio, en recuerdo del maestro que fue guía espiritual del santo de la Cogolla; en el tercer padrenuestro los hombres giran la vista hacia el oeste, a términos de Valgañón, en cuya ermita de Tres Fuentes se venera la imagen de San Antonio de Padua, cuya festividad, el 13 de junio, está próxima al día en que se celebra la romería emilianense; el último padrenuestro a Los cuatro vientos se dirige hacia el sur, a la montaña más alta de La Demanda, el monte San Lorenzo, cuya cima tuvo siglos atrás una ermita dedicada a este santo. Finalmente se giran en dirección al cercano monasterio de Valvanera, a cuya Virgen dedican una salve, y recuerdan a los romeros fallecidos con un último padrenuestro.