Título: Madre, en la puerta hay un Niño VIII |
En Rincón de Soto durante los trasnochos de invierno y en fechas previas a la Nochebuena, los vecinos y familiares se juntaban en las bajeras y cantaban villancicos y algún romance como éste de Madre, en la puerta hay un Niño. Seguidamente salían con las zambombas por las calles a seguir cantando y en ocasiones a pedir el aguinaldo.
–Madre, en la puerta hay un Niño más hermoso que el sol bello,
yo digo que tiene frío porque el pobre viene en cueros.
–Anda, dile que entre se calentará
porque en esta tierra ya no hay caridad-.
Entra el Niño y se calienta y después de calentado
le pregunta la patrona de qué tierra o de qué barrio.
El Niño responde: –Soy de lejas tierras,
mi padre es del cielo me bajó a la tierra.
–Hágale la cama al Niño en la alcoba y con primor.
–No me la haga usted, señora, que mi cama es un rincón,
mi cama es el suelo desde que nací
y hasta que me muera ha de ser así–.
Bibliografía:
- Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana, La navidad riojana, Piedra de Rayo, Logroño, 2005.