Título: La santa compaña de Vadillos |
Hemos titulado este artículo como La santa compaña de Vadillos por su identidad con la conocida creencia gallega y asturiana de las procesiones de almas que aparecen a quienes andan de noche por los caminos. Más apropiado sería en nuestro caso llamarla con el viejo nombre castellano de Estantigua o Hueste antigua. El poema de Fernán González así la denomina en su estrofa 341:
Porque lidiar queremos y tanto lo amamos
no reposamos más que cuando almas sacamos
los de la hueste antigua a éstos nos semejamos
pues todas cosas cansan y nunca nos cansamos.
Gonzalo de Berceo nos describe una auténtica procesión de almas en pena con sus cirios encendidos en uno de los Milagros de Nuestra Señora, el que refiere “De cómo Teófilo fizo carta con el diablo de su ánima et después fue convertido e salvo”. El poeta nos cuenta que Teófilo buscó las malas artes de un hechicero quien lo llevó a un cruce de caminos (estrofas 778-779):
Prísolo por la mano la nochi bien mediada
sacólo de la villa a una cruceiada.
dissol: non te sanctigues, nin temas nada,
vio a poca de ora venir muy grades gentes
con ciriales en manos e con çirios ardientes,
con su rey en medio, feos, ca non lucientes…
La creencia se nos presenta en otros pueblos de La Rioja pero convertida en una especie de cuento donde el dueño de un huerto al que le roban los frutos se ve sorprendido por los ladrones encapuchados que le asustan cantándole una canción, canción que suele ser muy parecida a las que cantan los niños de Cornago, Aguilar y Cervera en la noche de las ánimas.
Paralelos:
- Luis Miguel Bajén y Mario Gros Herrero, La tradición oral en el Moncayo, LCD Prames – Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1999, página 86.