Título: La Virgen camino del Calvario XI + Las nuevas de la crucifixión llegan a la Virgen |
Jueves Santo, Jueves Santo, Jueves Santo de mañana
camina la Virgen pura por su bendita campaña
a la hora que camina no era muy bien de mañana.
Llevaba un manto de seda que gloria daba el mirarla
y a su ladito derecho llevaba un cáliz de plata
para recoger la sangre que Jesucristo derrama
y en la calle la amargura una mujer se encontraba.
–¿Ha visto pasar a un hombre que Jesucristo se llama?
–Sí Señora, sí lo he visto tres horas antes del alba
ellos llevaban sus pies y una soga a su garganta
y una corona de espinas que el cerebro le traspasa
con el sudor de la muerte a mi puerta se acercaba
a pedirme un paño para secarse su cara.
Tres dobles tenía el paño tres veces lo señalaba
si lo quiere ver, Señora, aquí está su semejanza–.
La Virgen, al oír esto, allí cayó desmayada
San Juan, como buen sobrino, le ayudaba a levantarla.
–Levántese, tía mía, tía mía de mi alma
que en el Calvario dan voces se oyen clarines y cajas
que estarán matando a su hijo aquella gente malvada–.
Que corrían, que corrían, que llegaban, que llegaban
dos mil abrazos se dieron dos mil abrazos se daban
–¿Qué tal te hallo, hijo mío, hijo mío de mi alma?
–Muy mal me hallo, madre mía, madre mía de mi alma
tres puñaladas me han dado la primera pasó el alma
la segunda el corazón la tercera las entrañas.
Vaya por los pecadores por los pecadores vaya–.
Se cantaba en Viniegra de Abajo la tarde de Jueves Santo.