Título: La Loba Parda X |
Estando de pastorcito calzándome las albarcas,
vi venir siete lobitos todos siete a mi majada,
echando a suertes venían mirando a quien le tocaba,
le tocó a una pobre loba que era un poco pelicana,
hija de una loba negra, nieta de una loba parda,
dio tres vueltas a la rede y no pudo sacar nada,
a eso de las cuatro y media sacó una cordera blanca,
hija de una oveja negra, nieta de una oveja parda
pero al subir el repecho quedó la loba privada:
–Tenga el pastor su cordera sana y buena como estaba.
–Yo no quiero la cordera de tus dientes mascullada,
lo que quiero es tu pelliza para hacerme una zamarra
pa recoger el agosto si la cosecha no marra.
–Si la cosecha no marra tú serás mi mayoral,
te buscaré un rochanillo que te sirva de zagal,
el zagal aquí lo tienes, mayoral de la cabaña,
vamos a tratar de ajustes antes de que llegue a mañana.
–Para yo tratar de ajustes es menester que tú vayas
a guardarme las ovejas tres meses con tres semanas–.
Estando en estas palabras se oye un ruido en la cabaña,
vieron que venía el amo a caballo con su dama.
–Buenos días, mayoral. –Buenos días tenga, mi amo,
si usted no nos da buen pan San Pedro haremos y entramos,
el aceite por el suelo nos lo mandan los alanos,
el pan que nos dan ahora parece hecho de marranos–.
Y a la entrada de aquel santo templo manojo de para (?)
una estrella tan resplandeciente que a los marineros guiando les va,
vamos a volver no queremos las ramas de olivo,
hojas de romero y hojas de laurel.
Interesantísima versión de esta Loba Parda que nos deja muchos interrogantes. La primera curiosidad es la ausencia del encuentro de la loba con los perros, en este caso parece que quien persigue a la loba es el propio pastor. Cuando llega la escena final en la que el pastor -en lugar de los perros- le dice a la loba que no le interesa la cordera robada, aparece un nuevo personaje, seguramente un viejo mayoral, que habla con el pastor para convencerle de que sea el nuevo encargado del rebaño del amo. Se nos presentan así unos versos distintos al del romance de la loba aunque claramente de temática pastoril en los que se tratan de ajustar las condiciones y la soldada del nuevo trabajo.
Para encontrar versos similares y lugares donde al joven ayudante de la pastoría se le llame rochano o ruchanillo nos hemos de ir hasta las provincias de Madrid, Guadalajara y Cuenca. En ellas se cantan en torno a la Navidad los versos que llaman de El Borrego, nombre que dan a la costumbre de salir los pastores de ronda por las calles de los pueblos acompañados de zambomba, panderetas y otras percusiones.
Si teníamos duda del origen navideño de esta versión de la Loba Parda ahí están los versos finales, claramente un villancico. Así pues, este romance o bien se cantó en Canales de la Sierra en alguna pastorada navideña que nadie recuerda o proviene de algún lugar donde romance y villancico se cantaban conjuntamente, con bastante seguridad de una de las tres provincias citadas.
Bibliografía:
- Jose Manuel Fraile, «Apuntes sobre la ocasionalidad en el romancero tradicional moderno» en El romancero y la copla: formas de oralidad entre dos mundos (España-Argentina) , coord. por Virtudes Atero Burgos, Universidad de Cádiz, 1996, páginas 45-68.