Hervías presume de tener una vieja laguna asentada en un lugar ameno y de vientos suaves y delicados, muy apropiados para las labores agrarias. Durante el siglo XX el acuífero de la laguna fue sobreexplotado y la laguna mermó su nivel y cantidad de agua. «Antiguamente -decían los mayores- había hasta una barca para cruzar de lado a lado».

La administración regional se propuso recuperar el nivel de agua de la laguna por lo que ahora es un lugar que ha recobrado su antiguo esplendor ecológico.

Estas lagunas emblemáticas son objeto de leyendas. En este caso se cuenta -Patrocinio dice incluso que así figura en el ayuntamiento- que el antiguo pueblo de Hervías estaba donde ahora está la laguna, que vino una gran tormenta y el pueblo quedó sumergido en ella por  lo que tuvieron que cambiarlo a su actual ubicación. Hace años hicieron prospecciones petrolíferas cerca de la laguna y no sacaron nada, ni petróleo ni restos del pueblo sumergido.

Otra leyenda, según escribió Isabel Martínez Rubio en el año 1998, nos cuenta que el pueblo fue anegado porque sus habitantes no socorrieron a un santo que venía haciendo el camino de Santiago.
 
Bibliografía:

• Luis Vicente Elías Pastor, Leyendas riojanas, Ed. Everest, León, 1990.

La laguna de Hervías ha recuperado su nivel freático