A la tía Jesusa de Igea se le atribuyen varias leyendas relacionadas con la brujería en una época, como bien describe la señora Visitación, de pobreza y falta de luz intelectual y en la que era fácil acusar de bruja a una viuda dedicada con astucia al contrabando.

Los carabineros que perseguían por la noche a la señora Jesusa que traía sal a hurtadillas desde el reino de Navarra vieron con asombro cómo se les escabulló justo a la entrada del pueblo, la mujer se había escondido en una zarza debajo de un ribazo. Justo en ese momento salió un hombre a hacer sus necesidades al campo con tan mala puntería que lo evacuado le cayó a la tía Jesusa, ésta le insultó y le llamó denoniazo , el hombre se asustó y entró a Igea acusándola de bruja.

En otra ocasión dos que habían robado un cabrito volvían de noche a casa con el botín en la alforja. Uno de ellos se quiso quedar con el animal entero y no tuvo otra ocurrencia que imitar la voz de la tía Jesusa y hacer hablar al cabrito. Éste y su familia se comieron el cabrito y el engañado entró al pueblo gritando a los cuatro vientos que la bruja Jesusa había tomado cuerpo de cabrito.

Por todas estas falsedades quisieron ahorcar a la tía Jesusa en el Alto Bernal de Igea.

Bibliografía:

• Luis Vicente Elías Pastor, Leyendas riojanas, Everest, León, 1990.