Título: La boda estorbada XVII |
Se ha declarado una guerra entre España y Portugal,
el Conde Flores, mi novio, lo han nombrado el capitán.
–Siete años por la tierra, otros siete por el mar,
si a los catorce no vengo tú ya te puedes casar–.
Se pasaron catorce años, el conde nunca venía,
ya le decían sus padres: –¡Cómo no te casas, hija!
–¡Cómo me voy a casar, cómo me voy a casar!,
si el Conde Flores, mi novio, me han dicho que vivo está–.
Se viste de peregrina y en busca del conde va
y al llegar a Barcelona unos caballos vio allá.
–¿De quién son estos caballos que tan elegantes van?
–Son del Conde las Flores, mañana se va a casar–.
Siete vueltas dio al palacio y otras siete volvió a dar,
al llegar a las catorce con el conde vino a dar.
–Una limosnita, conde, una limosnita da–.
Se he echado mano al bolsillo, un real de plata le da.
–¡Qué poca limosna, conde, qué poca limosna da,
qué poca limosna, conde, pa la que ha solido dar.
–¿Dónde es esta peregrina que a mí me conoce ya?
–Soy de tierras muy lejanas que usted no recordará,
mire usted a ver el anillo, mire usted a ver el collar,
mire usted a ver estas joyas que acaso recordará–.
Se besaron, se abrazaron, se volvieron a abrazar,
la novia que estaba viendo del balcón se iba a tirar.
–Que te tires, que te mates, que a mí lo mismo me da,
son mis primeros amores, son muy tristes de olvidar,
son mis primeros amores, con ellos me he de casar–.
Le melodía que utiliza Ascensión para el canto de este romance se corresponde con la de una canción narrativa conocida como Enrique y Lola o Los hermanos encontrados. Esta contaminación está justificada por el hecho de que el romance trata sobre el encuentro de dos personas y tienen un hemistiquio común: «Se echó mano a su bolsillo y … le da».
Bibliografía:
- Diego Catalán Menéndez Pidal, Romancero tradicional. Tomo IV. Romances de tema odiseico, Editorial Gredos, Madrid, 1970.
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.