Título: Encomienda de San Antonio |
Las pastores de las aldeas ganaderas de Enciso -antiguamente dependientes de Poyales-, en el barranco Bacirbe, han hecho mucho uso de la Encomienda de San Antonio para encontrar el ganado perdido. No faltan detalles precisos -a veces guardados con cierto secretismo- de cómo debía colocarse el dueño del ganado, asomado a la ventana por la noche mientras rezaba la encomienda. Tras la oración, el santo protegía las ovejas durante la noche. Más de una vez se ha contado que cuando el pastor iba a recogerlas por la mañana, veía cómo se desvanecía la imagen del santo que había estado guardándolas en persona hasta que aparecía el dueño. La encomienda no es propiamente una oración tradicional: ha circulado en pliegos y estampas como los que reproducimos aquí.