Título: El villancico de las cinco vocales |
Desde Pekín
en obsequio a Dios infante
nos envía un mandarín.
A, a, a,
te venimos a adorar,
te venimos a adorar,
te venimos a adorar,
a, a, a,
te venimos a adorar.
E, e, e,
te venimos a traer,
te venimos a traer,
te venimos a traer,
e, e, e,
te venimos a traer.
I, i, i,
un gallo quiquiriquí,
un gallo quiquiriquí,
un gallo quiquiriquí,
i, i, i,
un gallo quiquiriquí,
O, o, o,
ahora viene lo mejor,
ahora viene lo mejor,
ahora viene lo mejor,
o, o, o,
te damos el corazón.
U, u, u,
pero más nos quieres tú,
pero más nos quieres tú,
pero más nos quieres tú,
u, u, u,
pero más nos quieres tú.
Este villancico es fruto de la sencilla capacidad poética popular, dada desde la antigua lírica a jugar con las sonidos de las vocales: «Amor loco, amor loco, yo por vos y vos por otro». En el cancionero del vino conocemos brindis con las cinco vocales que se cantan con una melodía muy similar a ésta.