Título: El quintado + La aparición de la enamorada muerta IV |
Cincuenta son los soldados y otros tantos los quintados
un día mientras la siesta el capitán echó menos.
-¿Por quién, por quién, soldadito?, ¿por quién tenéis tanta pena?
si la tienes por tus padres bien sabes dónde los dejas.
-No la tengo por mis padres que debajo tierra quedan
la tengo por mi esposita que es niña y queda doncella.
-Tres años te doy de libre para que te goces de ella
en cumpliendo los tres años vuélvete pa tu bandera
si el capitán no está aquí te volverás a tu tierra-.
A la mitad del camino a un caballero se encuentra:
-Vuelve, vuelve, soldadito vuélvete pa tu bandera
que tu mujer ya se ha muerto al entierro estuve de ella
de la caridad comí y a los pobres le di de ella.
-Esté viva o esté muerta a su casa tengo ir-.
-Baja a abrir la puerta, luna baja a abrir que estoy aquí.
-¿Cómo quieres que yo te abra si yo no te puedo abrir?
brazos con los que te abrazaba tronchados los tengo aquí
labios con que te besaba con un paño los cubrí
ojos con los que te miraba para el cielo los subí
vete, vete, amante mío vete pa Valladolid
que allí hay mocitas de garbo que te convienen a ti
y si Dios te diera una hija ponla Rosa como a mí
para que cuando la llames tú te acordaras de mí
que si de mí no te acuerdas Dios no se acuerda de ti
vete, vete, amante mío vete pa Valladolid-.
Conce y Margarita, dos informantes de primer orden en la potente tradición romancística de Neila.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero de la sierra riojana, edición del autor, Logroño, 1999.
El tema puede escucharse en el CD que acompaña la obra.