Título: El alto de las dos |
La llegada de los relojes a los campanarios de las iglesias y a las torres de los ayuntamientos no impidió que el hombre del campo siguiera orientándose con relojes naturales cuya precisión había observado por experiencia. Es el caso del «Alto de las dos» de Villarroya que se sitúa debajo del sol justo a las dos de la tarde.