Título: Cociendo las morcillas a oscuras |
En los años sesenta del siglo pasado a los pueblos más altos del Jubera no había llegado la luz eléctrica. Aún hoy, Santa Marina solo tiene la electricidad que le proporcionan los paneles solares y algún pequeño molino de viento colocados en los tejados de las casas. Un candil de aceite y más tarde el carburo eran la poca iluminación que había en los hogares por la noche. A la hora de cocer las morcillas en las calderas de cobre tenían que meter unas monedas para saber en qué momento hervía el agua y a partir de ahí contar el tiempo de la cocción.