En Jubera es famoso el llamado Cristo abarrancador por una leyenda que cuenta que una vez que lo sacaron de rogativa estuvo siete años lloviendo. De ahí las quejas de los Ribafrecha que también esperaban el agua para que los campos no se agostasen y en su lugar recibieron una buena cosecha de vino.
Esta anécdota da pie a Ignacio para recordar que los de Lardero tiraron a San Marcial al río porque una vez que lo sacaron en rogativa les mandó una tormenta. Se trata de chascarrillos graciosos para zaherirse entre pueblos vecinos, sin base histórica alguna.

Bibliografía:

• Antonio Lorenzo Vélez, Cuentos anticlericales de tradición oral, Ámbito, Valladolid, 1997.