Título: Adios, España, dijo un soldado III |
–Adios España–, grita un soldado al despedirse de su nación,
si por desgracia yo muero en Ceuta tú das recuerdos de mi prisión.
–Marcha, soldado, marcha tranquilo, marcha a la guerra a pelear
que soy Amelia la que te quiere y que jamás te olvidará–.
A los tres meses de estar en Ceuta una gran carta que recibió,
era de Amelia, la que él quería y en ella dice que se casó.
El soldadito que estaba triste se cayó al suelo sin corazón
y una morita que al lado había lo levantó y le dio su amor:
–Ay, soldadito, si tú me quieres nos marcharemos juntos los dos,
no tengo madre, no tengo padre, ni tengo a nadie ni tengo amor–.
A los seis meses de estar en Ceuta otra gran carta que él recibió
era de Amelia, la que él quería y en ella dice que se enviudó.
Cogió la carta, cogió el sombrero, cogió el correo para Madrid.
–Me voy en busca de una chiquilla que pa mi gusto no la hay aquí,
que sea blanca como lo nieve, coloradita como un clavel
y sus cabellos tan caprichosos que todo el mundo envidie por ver–.