Título: La flor del agua III |
Mañanita de San Juan, cuando el alba alboleriaba,
estaba la Virgen pura lavándose en agua clara,
se lavó sus blancos pechos y sus manos consagradas.
Acababa de lavarse, bendiciones le echó al agua:
–Bendita sea tal fuente, bendita sea tal agua
y bendita la mujer que aquí vendría a por agua–.
La hija del rey que la oyó de la cama donde estaba
muy deprisa se vestía más deprisa se calzaba.
Cogió su cántaro de oro y su jarrita de plata
…………………………. y a la fuente va a por agua.
–¿Dónde vas, hija del rey, tan sola y tan de mañana?
–A la fuente voy, Señora, a coger la flor del agua
y también vengo a saber si he de ser monja o casada.
–Casadita, sí por cierto, pero bien aventurada,
dos hijas has de tener monjitas de Santa Clara,
dos hijos has de tener que dirán misa cantada
y si no lo quieren ser serán la flor de Granada–.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.