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Título: El Árbol |
NOTICIAS HISTóRICAS DE LA DANZA EN SANTO DOMINGO (IV)
Siglo XVIII. Danzadores valencianos en las fiestas del Santo
El Catastro del Marqués de la Ensenada (año 1746, folio 99) nos refiere la presencia de danzadores valencianos en las fiestas de Santo Domingo:
“Item doscientos vente y cinco reales que se pagan en cada un año en la función de Nuestro Patrón Santo Domingo a los danzadores valencianos por la fiesta que hacen en la forma regular.”
Durante todo el siglo XVIII los danzadores valencianos llevaron su nuevo y profesional arte del danzado a Castilla, Aragón y Cataluña y con él nuevas modas coreográficas, más vistosas, generalmente acompañados de su dolçaina, instrumento que se asentó en La Rioja desde entonces con el nombre castellanizado de dulzaina. Hacia mitad de siglo se prohíbe que la danza valenciana entre en la catedral:
“En la procesión de la rueda, el alférez mayor llevaba la bandera de la ciudad y pretendió entrar en la iglesia con el sombrero puesto y con la danza valenciana sin descubrirse hasta que terminara el villancico. El Real Consejo prohibió que entrara cubierto el alférez y que entraran los danzadores con sus castañuelas.”
(Juan José Saezmiera Uyarra, Estampas Calceatenses, Imprenta Moderna, Santo Domingo de la Calzada, 1978, página 116).
Los danzadores más ancianos recordaban haber danzado en su juventud “El baile valenciano”. Ángel Blanco, que fue primero danzador, más tarde cachiburrio y después director de los danzadores mostró interés por recuperar este paso de la danza, pero su idea no prosperó. Quizás todavía estemos a tiempo.
Bibliografía:
- Padre Martín Brugarola, “Tradiciones populares de Santo Domingo de la Calzada” en Revista de dialectología y tradiciones populares, tomo VI, 1950, páginas 640-649.
- José Antonio Quijera Pérez, Danzas tradicionales de La Rioja, IER, Logroño, 1992.