Título: Las cinco llagas II + La misa de Jesucristo III |
Jueves Santo y Viernes Santo, días de mucha pasión,
día que crucificaron a Cristo Nuestro Señor.
Por la calle la amargura mucha sangre se derrama,
la derrama un mancebo que Jesucristo se llama,
pasó por allá su madre y se la quiso limpiar
y le dijo: –Madre mía, no me haga usted tanto mal
que estas son las cinco llagas que las tengo a mi pesar,
a los vivos y a los muertos dadles buena cristiandad.
Sale el cura a decir misa con mucha divinidad,
con el cáliz en la mano y la Hostia a consagrar
y por compañía lleva a San Pedro y a San Juan
y a todos los doce apóstoles que en la mesa comen pan.
El que esta oración dijera tres veces al acostar
aunque tenga más pecado que arena hay en la mar
y hojas tengan los árboles no se podrá condenar.
La señora María pasó un año entero de su juventud enferma de meningitis. Poco antes del día de Jueves Santo el médico la visitó y les dijo a sus padres que apenas le quedaban uno o dos días de vida. El día de Jueves Santo rezó este romance y se recuperó prodigiosamente. Así nos lo contó a sus noventa años.
Bibliografía:
- Javier Asensio García, Romancerogeneral de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.