Título: Piedras de Santa Casilda contra las tormentas |
Muchos calahorranos acudían en caballerías hasta la ermita del Cristo de Ambas Aguas a cuya imagen se le tenía una gran fe. Como práctica complementaria y dado que entre la ermita y la entrada a la población se encuentran por doquier piritas que en Calahorra se llaman piedras de santa Casilda, se traían éstas en sus bolsillos. Una vez en Calahorra las piritas eran bendecidas y se usaban para echarlas a los tejados cuando venía una tormenta con la creencia de que la piedra tenía el poder suficiente para alejar el rayo de esa casa.
Bibliografía:
Véase Javier Asensio García, «La tradición oral calahorrana (II). Canciones, oraciones, dictados y fórmulas» en Kalakorikos: Revista para el estudio, defensa, protección y divulgación del patrimonio histórico, artístico y cultural de Calahorra y su entorno, ISSN 1137-0572, nº 11, 2006, págs. 75-116.