Riojarchivo

 

Título: La Virgen camino del Calvario III + La Virgen y el ciego VII
Clasificación: Romancero
Localidad: Ribafrecha
Informante: Felisa Sáez Caro La Borda (7-1-1901)
Recopilador: Carlos Fernández Ortega
Lugar y fecha de recogida: Laredo (Cantabria), 16 de agosto de 1992
Catalogación: IGRH 1537.1 + 0226
OTIT: Por el rastro de la sangre que Durandarte dejaba, a lo divino. El rastro divino

 

Allá arribita Belén     siete leguas de un calvario
había una mujercita     con un librito rezando.
Le dije: –Mujer cristiana,     ¿ha visto a Jesús amado?
–Sí Señora, sí l’hi visto     por aquí abajo ha pasado
con una cruz a los hombros     y una cadena arrastrando–.
Caminemos, hijos míos,     caminemos pal Calvario
que para bien que lleguemos     ya le habrán crucificado.
Ya le clavan las espinas     le rechacaban los clavos
ya le daban las lanzadas     en su divino costado.
La sangre que le caía     caía a cáliz sagrado
el hombre que la bebiera     será bienaventurado
en este mundo será rey     y en el otro coronado.
Una mancha en la mantilla     Jesucristo se la ha echado
con el rostro de sus ojos     pidió el Niño de beber.
–No pidas agua, mi vida,     no pidas agua, mi bien
que los ríos bajan sucios     y no se puede beber–.
En el huerto de San Pablo     hay un rico naranjel
un ciego que está cuidando     ciego que no puede ver.
–Señor, ¿me da una naranja     para el Niño entretener?
–Entre la Señora y coja     las que sean menester–.
Cuanto más coge la Virgen     más florece el naranjel
ya se va aquella Señora     y el ciego la alcanza a ver.
–¿Quién es aquella Señora     que a mí me ha hecho tanto bien?
–Es madre de Jesucristo     que corriendo va a Belén
de Belén al Calvario     y del Calvario a Belén–.
Quien iría cerca de ella     todos los viernes del año
sacará una alma de pena     y la suya de pecado.
El que la sabe y no la dice     el que la oye y no la aprende
ya vendrá el día del Juicio     verá lo que le conviene.

Publicado en el libro de Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.