Título: Bernal francés III |
–Quien es ese caballero, la dili dana que a mi puerta ha dicho abrir, la nada dí.
–Don Francisco soy, señora, que te solía servir
de noche para la cama de día para el jardín.
–Aguarda, mi don Francisco, para encender el candil.
–No lo encienda usted, señora, no lo encienda usted por mí
al subir por la escalera le ha dado un soplo al candil.
–Quien al candil ha matado me puede matar a mí.
–Quien al candil ha matado no te ha de matar a ti–.
Le he agarrado de la mano y a la cama lo subí
le puso camisa blanca le puso camisolín
a eso de la media noche no se había vuelto a mí.
–¿Qué tienes, mi don Francisco?, no solías ser así
o tienes amiga en Francia o te han dicho mal de mí.
–Yo no tengo amiga en Francia y sólo te quiero a ti–.
Lo aprendió de su madre, Julia Ibáñez Martínez: “Las noches de invierno las pasábamos con el romancero”.
Publicado en el libro de Javier Asensio García, Romancero general de La Rioja, Piedra de Rayo, Logroño, 2008.
En esta versión se mantiene el viejo estribillo de la dili dana cuyo uso era común entre las canciones de los gitanos españoles de hace varios siglos.
Bibliografía:
- Juan Bautista de Avalle-Arce, Bernal Francés y su romance, Barcelona, Imprenta Universitaria, 1966.
- María Teresa Ruiz, “Bernal Francés: romance de adulterio fallido”, en Acta Poetica 26 (1-2), Universidad Nacional Autónoma de México, 2005.