Título: El martirio de Santa Bárbara II |
Bárbara divina y santa, que con palma de martirio
estás con Cristo y su Madre, gozando en el cielo empíreo.
Lo que Cristo predicaba creías con gran amor,
en la Virgen su pureza y en su divina Encarnación.
Tu padre, herético rey, aquella noche te deja
encerrada en el castillo y dices con ansia de muerte:
-Creo en Dios, uno y trino.
Mandó tu padre a otro día por el pueblo te arrastraran
y en un muladar hediondo tu cuerpo te sepultaran.
Vinieron al otro día a darte las sentencias,
te hallaron sana del todo, muy agradable y risueña.
Tu padre de que lo supo vino al castillo con ira:
-¿Quién ha salvado tus males y te ha dado nueva vida?
-A Cristo y a su madre llamé
los que sanaron mis males y nueva vida me dieron.
Con un alfanje a su hija hizo su cuerpo pedazos
diciendo: -A ver si te libra ese Dios, profeta falso-.
Dios, que vio esa ignominia arrojó un rayo encendido
hacia el cuerpo y alma de su padre y lo sepultó en los abismos.
Bárbara, divina y santa, ruega a Dios por nuestro bien,
que nos dé salud y gracia por los siglos de los siglos.
Amén.
Paralelos: