Título: La bastarda y el segador II |
El viejo romance de La bastarda y el segador aparece con relativa frecuencia en La Rioja Baja. A veces como canción de siega y otras, éste es el caso, como divertimento de mozos que se explayan con los motivos más obscenos del romance. Félix nos lo canta recreando las antiguas reuniones de los jóvenes de Zarzosa y con gran gusto interpretativo.
En la calle Mayor de Jaca hay una chica muy guapa,
chispún, dale, dale, dale al dindín, dale, dale, dale al dondón, hay una chica muy guapa,
los padres la meten monja y ella quiere ser casada.
Muchos condes y marqueses a la puerta se arrimaban
y ninguno le gustaba.
Le ha gustado un segador que por su puerta pasaba.
–Segador, segadorcito, ¿sabrá usted segar cebada?
–Sí señora, sí señora, ¿dónde la tiene sembrada?
–No la tengo en altos cerros ni en barranco ni en llanadas
que la tengo metidita guardadita entre mis bragas–.
El segador no era tonto pronto procuró la cama
a los doce de la noche catorce polvos le echaba.
A la mañana siguiente repicaban las campanas:
–¿Quién se ha muerto, quién se ha muerto? –El segador de la Juana,
no ha muerto de pulmonía tampoco de resfriado
ha muerto de purgaciones que la Juana le ha pegado–.
Y aquí se acaba la historia del segador de la Juana.